Dramaturgia de Gibrán Portela. Idea original de Lizeth Rondero

Idea original de Lizeth Rondero
Dramaturgia de Gibrán Portela

A mis abuelitos Alfonso Rondero Andrade y Julieta García Rello.
Abuelitos, no sé en qué parte del cielo estarán, pero confío en que éste trabajo vuele adonde quiera que estén para que con él me escuchen decirles - adiós, nos volveremos a ver -
Están presentes en cada instante de mis días.
L. R.
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Bitácora

   Después de la muerte de mi abuelita Lieta, mi abuelito Poncho y yo encontramos en el universo del recuerdo la luz suficiente para iluminar nuestras pérdidas. Él, mis hermanas y yo construimos un espacio atemporal entre la música y el cine donde cada instante era vital, sorprendente y gozoso. 

Éste proyecto surge a lo largo de esas innumerables tardes de café compartidas con mi abuelo entre aquellas paredes viejas de  nuestra casa: Para mí, mi refugio de niña; para él, el hogar que construyó junto a su mujer. Se gestó mientras nos rodeaba la música de Louis Armstrong y Daniel Santos, conmovidos sin embargo por ese particular silencio que invadía lentamente la casa. Fue tomando forma al tiempo que me percataba de la fractura cada vez más profunda que dividía mi infancia de mi presente y se decidió en el abrazo infinítamente melancólico de la vejez. Ahí, con él, en ese lugar y bajo esas condiciones por vez primera llamé a este proyecto “Sobre la infancia”.

Mi abuelo tenía un talento especial para la vida, un amor pulsante y una fortaleza nata. Contagiaba ese impulso poderoso: estar con él, acompañarlo, conocerlo, adorarlo, cuidarlo, todo eso se volvían acciones curativas, mágicas, confrontantes. 

Esto sucedió en un tiempo donde se suponía que yo debía sembrar mi propio camino, dejar atrás a mi familia y construir mi futuro. Así que decidí enlazar esta experiencia para mí absolutamente necesaria con mi trabajo artístico. No había manera de comenzar a “hacer” mi vida si no entrelazaba esto que yo era con lo que deseaba ser. La esperanza era que el presente se apareciera de pronto con claridad.

Fue así que quise hablar de mis abuelos y su paso contundente en mi vida, de la tristeza de irlos perdiendo, de la soledad sentida por dejar atrás mi infancia, de la neurosis adquirida a base de responsabilidades y del miedo a crecer. Quise hablar de lo que el amor de mis abuelos hizo por mi vida.

Decidí también que esto sería mi proyecto para solicitar por primera vez la beca para Creadores Escénicos del FONCA, una beca que igualmente representaría el inicio de mi crecimiento como actriz. Ambos proyectos estaban hermanados por la profunda necesidad de crecer.

Mi abuelito estuvo junto a mí durante todo este inicio, me ayudó a revisar mi carpeta para la beca, vio cómo me la otorgaron  y realizó conmigo el anteproyecto de la puesta en escena. Sin embargo ya no pudo verlo convertido en “LEJOS, VOLAR”. La muerte no espera a los estrenos.  

Bien, sin más que esta idea en el corazón convoqué a Gibrán Portela para que en colaboración generáramos una pieza teatral que contuviera todo lo anterior, me ayudara a decantarlo por medio del arte,  pero que tomara a la ficción como principal estandarte. Así, Gibrán comenzó a escribir el primer esbozo de este texto primeramente basado en recuerdos que yo iba escribiendo, recuerdos suyos de infancia, basados también en la música de Schumann,  y después anecdóticamente el texto naciente se alejó de la biografía.

Con el resto de la compañía Teatro de los Sótanos decidimos realizar este proyecto como nuestra tercera producción e invitamos a Emmanuel Márquez a dirigirlo. Nuestro principal objetivo con esta puesta en escena fue el de trabajar en una constante experimentación, desde la construcción del texto hasta el discurso escénico. 

Siguiendo esta línea experimental, tanto el texto como su puesta en escena, se han ido reconstruyendo y modificando constantemente. En diciembre del 2009 ofrecimos una función de preestreno abierta al público en el teatro Isabela Corona para confrontar el trabajo a la opinión y sugerencias del público. Por medio de una encuesta aplicada obtuvimos muchos comentarios que utilizamos para hacer cambios: afinar el discurso, aclarar escenas, modificar el ritmo para ofrecer posteriormente un estreno lleno de retroalimentación. 

En febrero del 2010 estrenamos "Lejos, volar" en el teatro Isabela Corona y ahí estuvimos en temporada hasta abril.  Esta temporada alimentó la propuesta todavía más, sobre todo por el público tan joven que acudió a ver el espectáculo, además de las críticas que obtuvimos en distintos medios impresos. La temporada concluyó y el proyecto se quedó con la necesidad de tener otro foro con el cual seguir su experimentación. No es que la puesta en escena no haya solidificado su propuesta, al contrario, por su naturaleza experimental necesita un reto más que le permita afianzar principalmente su cualidad poética.
L.R.

Noviembre 2010

Fuimos invitados al IV Encuentro Intercultural de Teatro Iberoamericano en Villa Tunari, provincia del Chapare, Cochabamba, BOLIVIA. La gira fue una grata experiencia pues pudimos corroborar que los creadores mexicanos podemos hacer buen teatro bajo cualquier condición. Los compañeros bolivianos con tremendo entusiasmo invitaron grupos argentinos, chilenos, peruanos, ecuatorianos, brasileños y mexicanos, sin tener la infraestructura ni las condiciones económicas adecuadas para un evento tan grande.  Sin embargo como suele suceder en el teatro, el amor de los creadores por su oficio hizo que el encuentro fuese posible.  

La convivencia con los compañeros extranjeros fue de suma importancia para nosotros pues, además de poder intercambiar en la práctica concepciones estéticas y teatrales, compartimos siempre un espíritu de unidad latinoamericana. Somos pueblos hermanos. 

Por otro lado tras esta experiencia creo fírmemente que los creadores mexicanos somos sobrevivientes que viven intensamente:  hacemos teatro sin que se nos paguen ensayos, levantamos proyectos con poquísimo dinero, podemos producir, actuar, dirigir a la vez que jalamos cables, clavamos nuestra propia escenografía, cosemos nuestro vestuario, hacemos nuestra propia difusión, todo al mismo tiempo...y además ofrecemos un trabajo artístico impecable. 

Sin duda el teatro mexicano no sólamente tiene una de las carteleras más grandes de latinoamérica, sino que es una de las ofertas de teatro internacional más valiosas y de mejor calidad. ¡Estamos hechos a prueba de trancazos!
L.R.

5 de marzo de 2011

El reto anhelado llegó: Un nuevo foro le abrió sus puertas a esta obra de teatro.  La Coordinación Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes, nos ha brindado la Sala Xavier Villaurrutia durante un mes (debo decir que un mes es un tiempo ridículamente corto, 8 funciones no son suficientes para todo el esfuerzo depositado) En fin, somos una generación de creadores que es testigo de temporadas teatrales muy cortas, y no debido a una estrategia inteligente de producción sino precisamente por falta de la misma. 

Tras este proceso de remontaje y el reestreno puedo decir que LEJOS, VOLAR, como propuesta artística, efectivamente necesitaba de este foro (íntimo, pequeño, con una afluencia de público acostambrado a diversas propuestas teatrales) para condensar su discurso poético, abrillantarlo y potenciarlo. 

Seguimos experimentando con el lenguaje visual y con el texto: quitamos, pulimos y añadimos cosas en beneficio de la historia. El público que presenció este reestreno comentaba "oh, me hizo falta esto", "¡qué bueno que quitaron aquello!", "en la otra versión no se notaba eso", "apenas me di cuenta", "¡ah!", "ahora sí le entendí", "gracias por su trabajo, gracias" "me recordaron a mis hijas" "lindo trabajo, aunque...", "Súper producción chicos", "¿qué pasó con esto, estaba más padre aquello". Sin embargo una meta muy concreta sí ha sido cumplida con la obtención de este espacio: Llegar como grupo independiente a Bellas Artes con una propuesta sumamente personal, original y de creación colectiva.

Ahora queda preguntase si en esta temporada LEJOS, VOLAR llegará al límite de lo que es capaz de transmitir... ¿aquí demostrará sus alcances y límites artísticos?...A este respecto viene a mi mente una frase de Alfred Hitchcock: "si yo dejo de hacer cine al mundo no le pasa nada". Con esa humildad me quedo por hoy, con la única certeza de saber que uno desarrolla su oficio lo mejor que puede.

Hacer una obra de teatro es un oficio donde uno hace muchas preguntas y recibe no respuestas sino un buen bonche de más preguntas. Es un regalo para sí mismo que al obsequiarse por absoluta necesidad, se entrega también como un regalo para los otros...Es como la bola de Homero.
L.R.
 

20 de marzo de 2011
La temporada en la Villaurrutia ha fluido sin ningún sobreesfuerzo. Gracias a la constante afluencia de espectadores que han acudido, que nos han apoyado y enriquecido con su presencia, hemos tenido en cada función las entradas agotadas. Debido a este éxito nos han extendido la temporada a 14 funciones. Estamos felices.

17 de abril de 2011
Anoche viendo una película pensé: ¡esto quiero probarlo para "Luisa" la siguiente función!, de pronto me acordé que ya no habría función, hemos concluido la temporada. Así es el teatro: efímero y súbito como la vida y la muerte. Siempre te recuerda que, parafraseando a "Luisa": Todo se acaba.